Es solo la secretaria: no es extraño escuchar a una mujer que use esas palabras u otras parecidas, lo que hace es dar a entender que es un cargo que no necesita de mucha preparación.

Hablarle a la nana como si fuera una niña: cambiar nuestro tono y ritmo de voz para hablar con una nana, es como si pensáramos que de otra manera no podrá entendernos.

Gritarle al cajero, pero hablarle en otro tono al jefe: es muy sencillo reclamarle con malos modales al cajero, y cuando llegue el jefe cambiar el tono. En el fondo lo estamos discriminando por su trabajo.

Atender primero y mejor al que está “mejor vestido”: Se discrimina a quien viste ropa que creemos es “más pobre”, o por su estilo, de hecho, mucha gente tilda de delincuentes a gente por esta razón.

Reírnos de alguien que dice “sh” en vez de “ch”: u otros ejemplos de pronunciación. El solo reírnos implica creer que estamos en una posición superior.

Fuente: Publimetro