Según escriben Hany Farid y Eric Kee, investigadores del Dartmouth College de Hanover, en la última edición de PNAS, “las portadas de las revistas, los anuncios y los carteles publicitarios nos bombardean con modelos imposiblemente delgadas, altas y libres de arrugas”. Lo que a juicio de los autores crea una especie de fantasía, estas imágenes idealizadas son materia de salud pública porque crean insatisfacción con el propio cuerpo.

Para crear su sistema, los autores reunieron 468 pares de imágenes (original y retocada) de numerosas fuentes de internet y las introdujeron en un modelo matemático que condensó las alteraciones en ocho parámetros geométricos y fotométricos. La combinación de estos en una sola medida para cada par de fotos determinaba el grado de modificación en cada caso.

Según la agencia Reuters, en julio de este año la Agencia de Estándares de Publicidad de Reino Unido obligó al gigante de la cosmética L’Oreal a retirar dos anuncios en los que las imágenes de la actriz Julia Roberts y de la modelo Christy Turlington se habían modificado en grado extremo.