Los países miembros de la Agencia Espacial Europea (ESA) no consiguieron el viernes reunir el dinero suficiente para financiar el desarrollo del programa europeo AIM, que formaba parte de un proyecto conjunto con la NASA y tenía el fin de estudiar la posibilidad de desviar de su trayectoria a asteroides peligrosos.
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“Lamentablemente no hemos conseguido suficiente dinero para AIM”, dijo a los medios de comunicación la secretaria de Estado del Ministerio de Economía y Energía de Alemania y coordinadora del Ejecutivo germano de la política espacial, Brigitte Zypries.
Explicó que en el consejo ministerial que se ha reunido durante dos días en Lucerna para negociar un presupuesto de 11.000 millones de euros (11.674 millones de dólares) para diferentes proyectos, estaban en juego 100 millones de euros (106 millones de dólares) para sacar adelante AIM, aunque más adelante había que comprometer más financiación para dar continuidad al proyecto.
Se trataba de uno de los programas más “curiosos” de la ESA, en palabras de Zypries, dado que hubiera abierto la posibilidad de evitar que asteroides peligrosos impacten en la Tierra.
“Nos hubiera gustado conseguir los fondos”, admitió, al tiempo que sostuvo que fue el aspecto “más complicado” de la negociación presupuestaria del consejo ministerial de la ESA.
La delegación italiana confirmó también a los medios de comunicación presentes en Lucerna que el programa no prosperará.
La parte europea se iba a encargar de la parte de observación AIDA, en tanto que la estadounidense con su misión DART iba a impactar con una nave de la NASA en un asteroide en 2022.
AIM, cuyo sistema de guiado, control y navegación lo ha diseñado la empresa española GMV, se iba a lanzar en 2020 para que llegara dos años después hasta Didymos, un sistema binario de asteroides.
Allí iba a depositar tres pequeños satélites: uno en el asteroide más pequeño y los otros dos, junto a la sonda matriz, iban a orbitar a su alrededor.
La nave de la NASA tenía que impactar sobre el asteroide más pequeño de los dos que conforman Didymos, mientras que AIM hubiera estudiado ambos cuerpos y los efectos del golpe.
La financiación de la misión europea, que había estado en la fase preliminar de diseño (B1), dependía de la decisión de los ministros europeos de los 22 Estados miembros de la ESA.
Científicos de varios países, entre ellos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), habían firmado una carta en apoyo a AIM antes de la reunión ministerial de la ESA.
Entre los firmantes se encontraban el grupo de investigación del Sistema Solar del IAC, formado por Javier Licandro, Julia de León y Miquel Serra-Ricart, centro que participa en AIM.
El IAC es parte del consorcio que ha diseñado el terminal de comunicaciones ópticas para AIM y también se ha propuesto para desarrollar la electrónica de su cámara térmica.
Fuente: EFE