Realizar actividad física de manera recurrente es algo que cuesta para el común de las personas. Ya sea por flojera, falta de tiempo o dinero para acudir a un gimnasio, más de uno prefiere seguir el camino del sedentarismo; sin embargo, el deporte debería ser una constante por la larga lista de beneficios que aporta al cuerpo humano.

Salir a caminar, montar bicicleta o trotar, son actividades que se pueden realizar fácilmente y que no demandan mucho minutos, pero que sí nos ayudan a tener una vida saludable, eso sí, acompañado de una buena alimentación.

Según la , es necesario destinar al menos 150 minutos semanales a la actividad física, pues el no realizarla puede desencadenar en enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, diabetes pasando por complicaciones respiratorias y hasta de salud mental.

Beneficios del ejercicio​

Tras salir de una consulta médica donde se diagnostica alguna enfermedad, lo primero que se nos viene a la mente es aquella frase del especialista consultando qué actividades físicas se realizan a diario. Y es que se convierte en un factor vital para controlar el sobrepeso, obesidad y porcentaje de grasa corporal. Además, fortalece los huesos logrando el aumento de la densidad ósea.

Ejercitarse no solo es bueno para el cuerpo, sino que ayuda a tener mejor humor, memoria y facilitar el aprendizaje. En esta línea, el Dr. Marco Carvajal, Médico Internista de la Clínica Anglo Americana, explica los beneficios psicológicos más importantes de realizar ejercicios de manera habitual.

“Se presenta una mejora en el estado de ánimo además de que disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión. Un informe del Minsa recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física pues incrementa la sensación de bienestar de las personas, al activar mecanismos internos como el aumento de la serotonina también conocida como la hormona de la felicidad”, indicó.

A esto hay que agregarle que mejora la autoestima, pues al verte mejor físicamente te sentirás bien con la imagen que proyectas, facilita la sociabilidad, así como la autonomía e integración social. El ejercicio también incrementa la producción de norepirefrina (noradrenalina), un quimico que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés, entre otros.

Es así que la actividad física no solo nos beneficia en cuanto a salud cardiovascular o tener un mejor cuerpo, sino que puede mejorar nuestras funciones cognitivas y asegurar el bienestar mental.

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