El ahora excampeón mundial no solo fue el favorito antes de la pelea, sino que una vez culminado el combate era quien se perfilaba como ganador por lo hecho durante los 12 asaltos.

Sin embargo, grande fue la sorpresa cuando dos de los tres jueces dieron a Timothy Bradley la victoria por 115 a 113, lo que causó la desaprobación de los asistentes que abuchearon la cuestionable decisión. Incluso el promotor de la pelea, Bob, Arum, expresó su malestar por la decisión.

“Nunca he estado tan avergonzado del deporte del boxeo como estoy esta noche. Sé que la pelea de revancha, que ya está establecida para el 10 de noviembre, me dará mucho dinero, pero la decisión de esta noche ha sido algo indignante”, indicó Arum.

Manny Pacquiao por su parte, no quiso entrar en mayores polémicas y tomó con hidalguía su primera derrota en siete años tras 15 triunfos consecutivos. “Yo di lo mejor de mí y al parecer no fue suficiente. No me ha llegado con ningún golpe duro, todos se quedaron en mis brazos”, manifestó el filipino.

Las distintas estadísticas de la pelea mostraron que Pacquiao fue superior durante a Bradley al alcanzarlo con 253 golpes por 159 del nuevo campeón después de que el púgil filipino lanzase más golpes que su rival en 10 de los 12 asaltos.