El Real Madrid firmó una goleada balsámica en su estreno europeo, que calma la ansiedad de su crisis de resultados, y vapuleó a un endeble Basilea (5-1) en un nuevo juicio al portero Iker Casillas, silbado por un sector del Santiago Bernabéu y ovacionado por la mayoría en un pulso sin sentido.

Con la goleada llegó la relajación y el Basilea marcó el tanto del honor sacando provecho de una contra. González, libre de marca, corrió y chutó ajustado al palo. Imparable para Casillas que no se libró de los silbidos. Tan deseosos están sus críticos de un argumento para hacer subir los decibelios en su contra, como sus defensores de una parada salvadora.

Llegó a los 67 minutos. Varane en el primer balón que tocó cedió mal y dejó sólo a González en el mano a mano. Iker recuperó el santo y sacó una manopla al balón picado. El Bernabéu volvió a corear su nombre como hace tiempo no hacía.

Fue la noticia de una segunda parte para el olvido. Con todo resuelto, sin excesivas ganas de hacer más ‘sangre’ del Real Madrid. Bale perdonó la más clara, con Cristiano de nuevo solo para marcar.

Carlo Ancelotti dio minutos a Illarramendi, al que sacó del ostracismo en el que está recluido pese a la marcha de Xabi Alonso y la lesión de Khedira. El poste evitó el segundo suizo, en disparo de Schär y a diez minutos del final Benzema recuperó el gol. Esta vez el intento de Cristiano tuvo premio, pared con espuela incluida y zurdazo arriba del francés que cierra su peor racha como hizo su equipo que ahora lo debe confirmar en Liga en Riazor.