Después de que los jugadores del recogieran las medallas que le acreditan como subcampeón, arropados por los 20.000 aficionados que arroparon al cuadro de Unai Emery, los jugadores del subieron al palco del estadio Vicente Calderón para recoger su codiciado premio.

Uno a uno, desde Messi, hasta Luis Suárez pasando por Luis Enrique, fueron recogiendo los trofeos que les acreditaban como campeones de la Copa del Rey. Al final, el último, Iniesta, se encargó de levantar la Copa ante la alegría de la hinchada azulgrana.

Mientras, los jugadores del Sevilla, aclamados por su público, recibieron el calor del fondo en el que se ubicaba su hinchada. Sin embargo, Iniesta se convirtió en el protagonista de la noche. Suya era la Copa y él la bajo hasta el césped, donde el resto de sus compañeros esperaban para hacerse la foto oficial.

Ésta se convirtió en un conglomerado de futbolistas, cuerpo técnico y hasta algunos hijos de los jugadores, que formaron una imagen azulgrana al son del himno del Barcelona. El rojo y el azul tiñeron el césped del Barcelona, que culminó una gran temporada.

EFE