Según especialistas, el resentimiento es una de las emociones más potentes, tóxicas e improductivas que existen y perjudica no sólo a nuestra salud emocional, sino también a la física y a la social.

Sentir resentimiento altera a nivel físico nuestro sistema inmunológico, lo que nos hace mucho más vulnerables a enfermedades comunes como una gripe o un herpes.

La rabia o el resentimiento crónico es considerado un factor de riesgo para padecer alguna cardiopatía. A nivel psicológico, el “rumiar” constantemente produce angustia, amargura, apatía y baja autoestima. Mientras que a nivel social el resentimiento deteriora las relaciones con los demás; genera un deseo de venganza o de hacer daño.

Generalmente éste surge con la acumulación de los años, incluso, pueden haberse heredado por sufrimientos en el hogar. Sin embargo, recuerda que este sentimiento sólo te daña. Deja ir lo que no te sirva. Enfócate en ti, no en lo que tengan terceras personas. ¡Permítete ser feliz!

Fuente: Salud 180