Muchos jóvenes durante la vida escolar no llevan un ritmo constante y organizado de sus estudios, y es por eso que, luego, al iniciar los estudios superiores, se les hace más complicado adaptarse a esta nueva dinámica, en donde de ellos depende el sacar el mejor provecho de las clases y sobre todo del tiempo.

Es de vital importancia el organizarse y poder llevar un horario de estudios, en el cual se distribuyan espacios para repasar las clases hechas durante el día, investigar acerca de los temas que se van a ver al día siguiente y para hacer las tareas y trabajos pendientes, pero teniendo en cuenta que entre cada actividad o curso se debe de descansar, ya que el nivel de atención que mantiene un persona en la realización de una tarea disminuye a medida que pasa el tiempo.

También es bueno saber qué estilo de aprendizaje posee cada persona, lo cual sería de mucha ayuda al momento de adoptar una técnica de estudio en dónde se pueda utilizar todo el potencial que se posee y de esta forma los resultados van a ser más satisfactorios.

Asimismo, el manejo del estrés que se experimenta durante las épocas de exámenes también juega un papel importante en la vida del estudiante, pues son frecuentes los casos en que a pesar de llevar una buena organización en los estudios al momento de dar exámenes, los nervios nos ganan y terminamos con la mente en blanco; para superar esta situación se pueden utilizar técnicas de relajación y de concentración.