Entre los problemas estomacales que las posturas de yoga ayudan a reducir o eliminar se encuentran, el estreñimiento, reflujo, acidez, intestino perezoso, colon irritable, gastritis, colitis, gases o flatulencias y, en general, mala digestión.

Estas cinco posturas de yoga te ayudarán a reducir los problemas estomacales, de acuerdo con el Journal of Yoga:

1. Salamba Sarvangsana. La postura de todo el cuerpo apoyado es una de las asanas más eficientes porque calma y alimenta todo el cuerpo. Entre sus beneficios, fortalece los músculos de los muslos y los abdominales, evita la obesidad, constipación y la congestión del hígado y del bazo. Además, mejora la función de la glándula tiroides y aumenta los jugos gástricos.

2. Pascimottanasana. La postura de la extensión de la espalda es una de cuatro asanas clásicas. Excelente para los órganos abdominales. Ayuda a la correcta digestión. Estimula las funciones del estómago, hígado, bazo, riñones e intestinos. Elimina los residuos gástricos y parásitos intestinales. Previene la constipación y el catarro intestinal.

Elimina el tejido adiposo, y fortalece y ayuda a desarrollar una cadera bien proporcionada. Vigoriza el recto y los músculos abdominales laterales por encontrarse éstos contraídos al máximo. Cura la gastritis y la dispepsia.

3. Janyasana. La postura en que se retiene la rodilla elimina en forma eficaz los gases malignos que perjudican al organismo. Alivia el dolor de espalda y el estreñimiento. Estimula los órganos sexuales. Facilita el control de la energía en toda la región abdominal.

4. Ardhamatsyendrasana. Con la postura de la media torsión, los órganos abdominales que reciben un fuerte masaje. Ayuda a curar la dispepsia, constipación, ictericia y obesidad. Reduce la acumulación de grasa y aumenta la producción de jugos gástricos. Además, combate la indigestión, estreñimiento y la motilidad intestinal.

5. Uttanasana. La postura de la cigüeña o flexión de pie ejerce un profundo masaje sobre los órganos abdominales, mejora su funcionamiento, aumenta la secreción de los órganos digestivos, estimula favorablemente el bazo y el hígado, combate la pereza intestinal y previene la indigestión, la aerofagia, la dispepsia, la gastritis y la úlcera.

Fuente: Salud180.com