De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la depresión es una enfermedad que en América latina afecta al 5% de la población. Lamentablemente debido a la estigmatización que aún existe sobre el padecimiento, muchos afectados no acuden con un especialista.

Cuando una persona que tiene depresión no recibe el tratamiento adecuado con el tiempo pueden empezar a tener pensamientos suicidas. En Perú, durante los 7 primeros meses de la , 432 personas decidieron acabar con sus vidas.

Actualmente, existen terapias farmacológicas y tratamientos psicológicos efectivos para esta enfermedad cuyos síntomas son sentimiento de tristeza que persiste, trastornos de sueño, poca energía y pensamientos sobre la muerte o el suicidio; sin embargo, a veces, estos no producen el efecto deseado.

Si el tratamiento no ocasiona los resultados esperados se suele creer que el paciente tiene depresión resistente al tratamiento (DTR) y se presenta en personas con depresión grave.

Existen algunos desacuerdos sobre cómo definir la DRT, se suele considerar que un paciente la padece si no ha respondido a las dosis adecuadas de dos antidepresivos diferentes suministrados por un período de tiempo suficiente, que suele ser de seis semanas”, menciona Dr. Enrique Bojorquez Giraldo, presidente de la sociedad Latinoamericana de Psiquiatría.

Gracias a los avances científicos, las personas cuentan con nuevas opciones terapéuticas que restablecen conexiones neurales que no funcionaban adecuadamente, ayudando así a los pacientes a responder mejor a la terapia solo si esta se lleva a cabo de la mano de un profesional de la salud.

Cabe destacar que la depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en las actividades diarias. Por ello, lo mejor es acudir con un especialista.