Una reciente investigación señala que en el ambiente laboral, la competición sexual produce estrés laboral, lo que afecta más a mujeres que a hombres. Sin embargo, las habilidades sociales del rival detonan celos y envidia profesional en ambos sexos por igual.

Lla envidia la conceptualizan como una respuesta hacia otra persona que posee logros, habilidades o cualidades que uno desea, e involucran carencia en comparación con el envidiado. Ambas emociones detonan estrés laboral.

La rivalidad intrasexual, se traduce en la competición con personas del mismo sexo impulsado por el deseo de obtener y mantener el acceso al sexo opuesto.

En el estudio se encontró que las mujeres con un alto nivel de competición intrasexual son más celosas si la contendiente es más atractiva, y se produce además un sentimiento de envidia si la rival es más poderosa y dominante.

Según sus resultados, en general la competición sexual provoca más celos y envidia en las mujeres. No obstante, tanto en hombres como en mujeres las habilidades sociales de los rivales provocan estas dos emociones.