El aceite de nuez es un producto que se extrae propiamente de la misma fruta seca por medio del método artesanal o prensado en frío. Está constituido por un pequeño porcentaje de grasas saturadas (menos del 10%) y un mayor de ácidos grasos insaturados y polinsaturados, alrededor del 60%, incluyendo Omega 3 y Omega 6. El resto son proteínas, sales minerales (zinc, calcio, potasio y hierro) y vitaminas (E y C) que lo convierten en una valiosa fuente de nutrición.
Se utiliza en pequeñas dosis como condimento para las ensaladas, pastas, vinagretas y también para dar sabor a las carnes, pero no es adecuado para la cocción de alimentos.
El aporte de 100 gramos del aceite de nuez proporciona alrededor de 900 calorías. En tanto, su sabor es especial y ligeramente amargo, ideal para las recetas vegetarianas.
“Su contenido en Omega 3 evita la inflamación. Además, ayuda a fluidificar la sangre, reduce el colesterol nocivo y favorece el funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro”, explica Belén Alonso, médico especialista en nutrición y miembro de Top Doctors.
Nota
Este tipo de aceite se pone rancio rápidamente, por ello conviene consumirlo lo antes posible, no más de tres meses a partir de su producción. Asimismo, es indispensable almacenarlo en botellas de vidrio oscuro.