Hay verdes y rojas, podemos comerlas crudas o cocidas. Son el complemento perfecto para los sándwiches y existen muchas variedades; sin embargo, las dos que más consumimos son la americana y serrana. La primera es redonda y tiene un color pálido, mientras que la segunda posee hojas ovaladas y alargadas.

Seguramente en más de una ocasión tuviste que tirar esa lechuga que se ha puesto amarrilla o negra, esto sucedió porque no la guardaste de manera adecuada.

¿Cómo conservarla para que dure más tiempo?

1. Primero lava bien la lechuga, retira sus hojas y hazlo bajo el chorro de agua. Añade un par de gotas de desinfectante y enjuágalas.

2. Seca cada una de las hojas con un centrifugador o con algunas toallas absorbentes.

3. Colócalas sobre un recipiente con tapa; pon entre las hojas (enteras) una toalla absorbente, pues evitará que se acumule la humedad y se echen a perder.

4. Introduce el táper en los cajones para verdura del refrigerador, pues es una área no tan fría, en la que se conservarán más tiempo.