¿Sientes que te falta energía en el trabajo? El problema podría ser un mal hábito alimenticio. Por ello, presta atención a estos tres consejos:

- Toma siempre desayuno: El desayuno es la primera fuente de energía que recibimos: prepara al cuerpo para comenzar el día.

Si no tienes un desayuno consistente, a medida que pasan las horas irás perdiendo las energías, afectando tu rendimiento intelectual.

- Bebe mucha agua: A medida que el cuerpo pierde agua, la capacidad intelectual va disminuyendo. Una mala hidratación debilita sus funciones cognitivas (la memoria, la atención, la coordinación psicomotriz y la destreza) de manera progresiva.

- Cumple con tu horario de comidas: Así tengas una agenda súper ocupada, date tiempo para cumplir con las 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Si el aporte de nutrientes se mantiene constante durante el día, tu nivel de energía también lo hará. No sentirás fatiga o la falta de concentración.