Los “alimentos adictivos” son aquellos que solemos consumir generalmente como un escape a los problemas. Suelen ayudarnos a corto plazo a calmar la ansiedad y el estrés; sin embargo, en el futuro son dañinos para la salud.

Te indicamos los principales:

Los aperitivos o las entradas: Son los que consumes antes de la comida principal. El objetivo de su consumo es incitar el apetito. Por ejemplo: las hamburguesas, los piqueos, los bocadillos, etc.

La repostería: Los pasteles, los postres, las pastas, los bocaditos y los helados indudablemente son parte de los alimentos adictivos. Puedes sustituirlos por pan integral o porciones de frutas a la media mañana.

Los dulces: En este grupo se encuentran los chocolates, las gomitas, los bombones, los caramelos, etc. Estas comienzan siendo pequeños antojos, pero finalmente acaban en costumbre.

Bebidas azucaradas: Las bebidas gasificadas como las gaseosas y jugos embotellados que son comercializados como naturales; no obstante, tienen alto contenido de carbohidratos y calorías.

Éstos indudablemente suelen resultar provocativos al paladar; sin embargo, es mejor evitar su consumo, pues contienen muchas calorías y pocas vitaminas y minerales, que benefician el aumento de peso y el nivel de azúcar en la sangre.