1. Rasuradora. Debes elegir la que te acomode más considerando la frecuencia de afeitado, tipo de vello facial y sensibilidad de tu piel. Lo más indicado para el uso de hojas de acero es que se humedezca y ablande el pelo para reducir la irritación, o bien si la barba es espesa, para que la rasurada sea mejor y más rápida.

2. Cutis grasoso. Al bañarte, utiliza alguna loción exfoliante o un jabón neutro con el propósito de retirar la sudoración y afeitarte de manera más fácil y menos irritante.

3. Ambiente tranquilo e iluminado. Lo ideal es afeitarse después de la ducha, cuando los poros están bien abiertos por el agua caliente, de lo contrario te puedes cortar y no darte cuenta. Además, debes contar con un espejo para verte mientras te afeitas.

4. Técnica. Aplica la espuma, gel o crema para afeitar dos a tres minutos antes de emplear el rastrillo, de manera que el pelo se suavice. Primero aféitate en la dirección del crecimiento del vello y luego en sentido contrario para lograr un rasurada más al ras. Es conveniente utilizar ambas manos, una para estirar la piel y otra para pasar el rastrillo. Para el afeitado con maquina eléctrica, la barba debe estar lo más seca posible.

5. Secado. Una vez que hayas finalizado, no apliques agua caliente directamente en la piel, úsala tibia para retirar lo que quede de espuma, gel o crema. Mejor si es fría pues acelera el cierre de los poros. Limpia tu cara y sécala con una toalla que no esté húmeda, da ligeros toques, nunca la frotes contra tu piel.

6. Cerrar los poros. Aplícate loción para después de afeitar o “after shave” para ayudar a cerrar los poros abiertos. Ten cuidado de que no contenga alcohol, lauril sulfato sódico, ni mentol, porque irritan la piel.

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