Nuestro cuerpo libra cada día una batalla contra invisibles enemigos que lo rodean. Estos enemigos se llaman antígenos, y deben ser eliminados.

Como un ejército siempre alerta, nuestro sistema inmunológico se encarga de destruir a estos agentes peligrosos para la salud. El sistema detecta y ataca a cualquier elemento infeccioso que intente penetrar en el organismo.

Lo increíble es que esta batalla se lleva a cabo diariamente, a toda hora, y nosotros casi no la percibimos. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para ayudar a reforzar a estos invisibles soldados de nuestro cuerpo.

Una primera acción es, sin duda, alimentarse adecuadamente, con alimentos energéticos que aporten vitaminas y minerales, como las frutas y verduras.

Pero como todo en esta vida, el exceso puede volverse en contra nuestra, según el doctor óscar Barrenechea de Química Suiza, “si el aporte de energía es excesivo, puede afectar la capacidad para combatir infecciones, y por el contrario un mayor riesgo de contraer infecciones”.

Por ello recomienda moderación y además manifestó que está comprobado que la actividad física regular fortalece el y previene enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y la osteoporosis”, añadió Barrenechea.