La inactividad física es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial, debido a que esta tendencia está creciendo todo el mundo, tanto en los países de ingresos elevados como en los de ingresos bajos y medianos.

Un 6% de las muertes mundiales son atribuidas al sedentarismo. Sólo la superan la hipertensión (13%) y el consumo de tabaco (9%), y la iguala la hiperglucemia (6%).

La actividad física es benéfica para la salud en todos los grupos de edad; por lo que la OMS ha realizado algunas recomendaciones sobre la cantidad óptima de ésta, por ejemplo, las personas inactivas deben comenzar con pequeñas cantidades e incrementar gradualmente su duración, frecuencia e intensidad.

El grupo de 5 a 17 años: Estas personas deberían realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa. Si se superan esos 60 minutos se obtendrán más beneficios para la salud.

El grupo de 18 a 64 años: Los adultos de 18 a 64 años deberían practicar como mínimo 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, ó 75 minutos de actividad física vigorosa; o alguna combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Todas las acciones deberían ser realizadas en periodos de al menos 10 minutos cada uno.

Los mayores de 65 años: Las principales recomendaciones para este grupo son las mismas que para el anterior. Además, los ancianos con escasa movilidad deben realizar actividades físicas para mejorar el equilibrio y evitar las caídas, al menos 3 días por semana.

Cuando no puedan realizar la cantidad recomendada por problemas de salud, deben mantenerse tan activos como se lo permitan sus capacidades y su estado de salud.

Estas recomendaciones son pertinentes para todos los adultos sanos, a no ser que haya afecciones médicas que lo contraindiquen. Asimismo, se aplican a las personas con enfermedades no transmisibles crónicas no relacionadas con la movilidad.

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