Según una investigación del Cáncer Fred Hutchinson de EE UU, los hombres que consumen papas fritas, pollo o pescado rebozados y otros alimentos fritos en aceite abundante una vez por semana, tienen entre un 30% y un 37% de padecer del cáncer de próstata a diferencia de las personas que lo hacen una vez al mes.
El estudio contó con la participación de 3.000 varones con edades comprendidas entre 35 y 74 años.
Los investigadores creen que cuando el aceite se calienta a las temperaturas elevadas necesarias para freír los alimentos, se forman compuestos potencialmente cancerígenos como la acrilamida, la cual abunda en comidas ricas en carbohidratos.
Asimismo, la heterocícilicas que aparece cuando la carne se cocina a altas temperaturas, mientras que en el aceite hirviendo se forman aldehídos y acroleína. Estos compuestos tóxicos aumentan todavía más si se reutiliza el aceite o si se fríe por mucho tiempo.
Además, los alimentos cocinados a altas temperaturas, especialmente los fritos, contienen grandes cantidades de los llamados productos finales de glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, si freímos un pollo durante 20 minutos su contenido de AGEs es 9 veces superior a cocinarlo en una olla durante una hora.
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Fuente: muyinteresante.es