Elisabeth Blackburn, ganadora de un premio Nobel y profesora en biología molecular, determinó que el tamaño de los telómeros (los extremos de los cromosomas) son indicadores de nuestra esperanza de vida.

El departamento de Microbiología Molecular y Biotecnología de la Universidad de Tel Aviv quiso profundizar en el trabajo de Blackburn mediante el estudio de una levadura que comparte importantes similitudes genéticas con los seres humanos.

Cultivaron células de esta levadura en condiciones que generan radicales libres para comprobar su efecto sobre la longitud de los telómeros sin encontrar cambios.

Las sometieron a diversas modificaciones ambientales y tampoco. Finalmente, comprobaron que al someterlas a una baja concentración de cafeína (similar a la de una taza de café) se acortaba su longitud, mientras que la exposición a una solución de etanol del 5% al 7% (similar a la de una cerveza) la alargaba.

Los investigadores precisaron que se necesita trabajar más para comprobar que el café acorta los telómeros, acelerando así el envejecimiento o aumentando las probabilidades de padecer cáncer, o que la cerveza los alarga, aumentando así la esperanza de vida.

Toca ahora comprobar que los resultados en los telómeros de los seres humanos son similares a los reflejados en la levadura y, en función de eso, podría haber directrices dietéticas y tratamientos médicos que contribuyan a aumentar la esperanza de vida para todos.

Fuente: Tutrago.com