Su reciente hallazgo lo denomina ‘el alimento promisori de Amazonas para el mundo’.

Su concentración llega al 66%, y aunque su apariencia en los arbustos es similar a la del sacha inchi, en forma de estrella, se trata de un producto distinto.

“Es como si habláramos del tomate y la papa, que no son iguales, pero ambos son solanáceas. En este caso, esta nueva semilla y el sacha inchi también pertenecen a una familia, pero son diferentes especies”, explica el ingeniero Edy Barnett, director encargado de la Universidad San Martín de Porres.

El ingeniero Barnett lidera una investigación para ampliar los conocimientos de caracterización fitoquímica y valor nutricional de la huayllabambana.

“En la selva la comercializaban como sacha inchi, pero ahora ya se sabe que es otra semilla y de mejor valor por los omega 3. Mientras que el sacha inchi tiene un 44% de omega 3, la huayllabambana tiene concentraciones entre 60% y 66%”.