Las nos desgastan, molestan y consumen nuestra paciencia cuando no logramos ver lo que otros sí pueden. El portal estadounidense Vox ha estudiado el mecanismo que hace posibles las ilusiones ópticas que no todos pueden descifrar y ver más allá de la imagen para reconocerlas.

Este tipo de desafíos es conocido como ‘autoestereogramas’, un dibujo de dos dimensiones que crea una imagen 3D si lo miran de forma divergente. En otras palabras, es necesario mirar ‘a través’ de la imagen y no directamente a ella. Para poder hacerlo, hay que dirigir la mirada hacia un punto encima de la imagen principal.

Las pupilas se distancian entre 48 y 73 milímetros, así que cada ojo obtiene una imagen diferente de algo en lo que se enfocan, según explica el portal. Procesar las imágenes de forma instantánea y combinarlas es una tarea para el cerebro.

Son las diferencias entre las dos imágenes originales las que ayudan al cerebro a alcanzar la mejor aproximación de lo que mira. Estas diferencias añaden profundidad a la imagen final que se percibe.

Para crear una composición de ‘El ojo mágico’ los programadores empiezan con una imagen escondida como una escala de grises, suavizan el mapa de profundidad gradiente donde los puntos que se encuentran más lejos son más oscuros, mientras que los más cercanos son más claros.

Después, un patrón 2D se coloca sobre las imágenes escondidas como un camuflaje.

Los estereogramas fueron empleados como parte de una investigación de la percepción humana. Se dieron a conocer en el siglo XIX tras la creación del estereoscopio.

te puede interesar

TAGS RELACIONADOS