Diversas familias peruanas han quedado mutiladas tras los diversos crímenes, que alcanzarían las mil personas, a manos del líder de Sendero Luminoso, camarada Artemio.

Las víctimas a manos de Sendero Luminoso son policías y civiles. Algunos de ellos sí pudieron sobrevivir, pero quedaron con fuertes huellas tanto psicológicas como físicas.

Muchas de las personas agraviadas son los hijos de efectivos del orden, quienes crecerán sin la figura paterna, y hasta muchas veces sin una tumba donde ir a llevarles flores.