Rosario Ponce, principal sospechosa de la desaparición de Ciro Castillo, pidió garantías para su vida ante la Gobernación de La Molina por el supuesto acoso que sufre por parte de Antonio Castillo Rojo, hermano de su expareja.

Ponce llegó a dicho lugar en compañía de su abogado, Miguel Cabrera, de su padre Eduardo Ponce y de otras dos personas, que impidieron que la prensa se acerque a ella.

Todos ellos permanecieron cerca de 15 minutos con la gobernadora Gladys Arrieta, a quien entregaron la solicitud.

Rosario en todo momento se mostró sonriente y no declaró a los periodistas que aguardaron su salida.