Una adolescente de 14 años sufrió un accidente cuando era una niña al caer en la cocina de leña de su vivienda. El fuego desfiguró su rostro, sus manos y su cuello.

Sumado a estas huellas de las heridas, la joven tenía que lidiar con los insultos y burlas de sus compañeros de clases. Por eso motivo, decidió no volver, al menos por el momento, a su escuela ubicada en el pueblo de Sandia.

La joven recuerda que cuando quedó herida por el fuego, su padre le prometió que la trasladaría a Lima para curarla, pero, lamentablemente, este murió y no pudo cumplir su promesa.

Así, con la ayuda de algunos parientes, la jovencita viajó a Juliaca para ser operada por los médicos. Su sueño es convertirse en toda una profesional y que nadie más vuelva a burlarse de su rostro.