El Ministerio Público halló el pasado jueves, en un cerro contiguo a la playa La Tiza, camino a Cañete, recordada por haber sido usada como centro de entrenamiento del denominado Grupo Colina, restos óseos correspondientes a una mujer de mediana edad, además de otros restos que fueron llevados a los laboratorios forenses para su análisis.

El develamiento se realizó durante una diligencia de comprobación que realizó la fiscal Roxana Jáuregui, titular de la 4ª Fiscalía Supraprovincial de Lima, al mando de un equipo de peritos forenses.

Como se recuerda, el lugar había sido señalado por un informante anónimo como un punto de entierros clandestinos. Incluso se dijo que los restos de dos de los nueve desaparecidos de La Cantuta, asesinados por el Grupo Colina por órdenes del encarcelado Alberto Fujimori, podían estar allí.

La diligencia duró casi cuatro horas y en el desarrollo de esta se ubicó una supuesta sepultura clandestina, la cual en algún momento había sido usada como trinchera de entrenamientos militares.

En ese lugar se hallaron las osamentas, las cuales estaban envueltas con papel periódico, dentro de una bolsa de plástico. Los restos corresponderían, dijeron los peritos, a una mujer.

No se encontró el cráneo ni señales de perforaciones de bala en los despojos, y los peritos dijeron que incluso podrían tratarse de restos arqueológicos, informó la Républica.