En Arequipa, dos jóvenes fueron sorprendidos cuando pintaban una puerta en la calle San Agustín, a solo dos cuadras de la Plaza de Armas. Los aerosoles que tenían los delataron.

En su defensa, los jóvenes aseguraron que se trataba de arte urbano, pero las pintas en esa zona del centro se encuentran prohibidas. Según los vecinos, no solo grafiteros frecuentan el lugar, sino que también lo hacen delincuentes y drogadictos.