Todas las personas luchan a diario por despertarse. Algunos lo hacen de forma instantánea cuando suena el despertador, pero la mayoría lucha con el aparato y se da “cinco minutitos más” con la esperanza de completar el y despertar de descansado y de buen ánimo. Sin embargo, el solo hecho de abrir los ojos, pausar la alarma y volver a dormir puede resultar muy perjudicial.

Según el doctor Terán Joaquín Terán Santos, presidente de la Sociedad Española de Sueño (SES), no existe “una respuesta científica absoluta” sobre los posibles efectos adversos de posponer la alarma del despertador.

“Sin embargo, hay un cierto nivel de conocimiento en base a las observaciones que se han hecho sobre los ritmos biológicos del sueño ya que el hecho de utilizar un despertador cada mañana ’corta’ abruptamente el sueño y no es lo más recomendable. Si además lo hacemos varias veces de forma repetida empeoramos la situación”, refiere Francisco Segarra, neuropsicólogo y experto en medicina del sueño.

El doctor Eduard Estivill, experto en medicina del sueño, está de acuerdo. “A nadie le cuesta despertarse si duerme 8 horas seguidas todos los días. Sólo les sucede a los que duermen menos de las horas necesarias”, explica, por eso el problema de “los cinco minutos” se presenta personas que no descansan bien.

“Cuando uno está corto de sueño se interpreta como cansancio o somnolencia. Y entonces se produce la “inercia de sueño”: una sensación de aturdimiento y de falta de energía y de capacidad para mantener la atención”.

¿qué pasa con nuestro cuerpo cuando apagamos la alarma?

Cuando activas el botón de “posponer”, tu cerebro comienza de nuevo su ciclo de sueño, es decir vuelve al principio y cuando despiertas, varios minutos más tarde, te sentirás más cansado que cuando lo hiciste la primera vez.

“El mensaje que debería trasmitirse es que no es la forma ideal de empezar el día, ya que nuestro cuerpo organiza los ritmos circadianos de sueño y vigilia de forma gradual, nunca de forma brusca”, advierten expertos a la BBC.

“Cuanto más se rompe el sueño, peor es la calidad de descanso. Por lo tanto, el único consejo es que debemos dormir las horas necesarias. Es decir, 8 cada día. Todos los días de la semana”, dicen.

Además aconsejan tener una rutina de sueño regular que ayude a los ciclos de nuestro organismo.

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