Tras ser detenida y pasar varias horas en una comisaría de Rusia, , la mujer de 38 años, confesó el asesinato y fue llevada hasta el apartamento donde había , para participar en su reconstrucción.

Gulchejrá Bobokúlova, de 38 años, que al grito de “soy una terrorista” y “Allahu Akbar” (Dios es grande), fue en una estación de metro.

Según apuntan los primeros datos de la investigación, Gulchejrá Bobokúlova, una uzbeka que llevaba tres años trabajando en la familia de la pequeña Nastia, asesinó a la niña y prendió fuego al apartamento cuando los padres salieron de la casa con su hijo mayor.

La alarma saltó cuando el cadáver decapitado de la menor fue descubierto por los bomberos que habían accedido al apartamento para extinguir el incendio.

Entretanto, Gulchejrá Bobokúlova, que al parecer se encontraba bajo los efectos de las drogas, llegó hasta la estación de metro de “Oktiábrskoye Pole” donde, vestida de negro de pies a cabeza y con velo, se paseó con la cabeza ensangrentada de la niña.

Unos diez minutos duró el macabro paseo hasta que las fuerzas del orden detuvieron a la mujer, que en ese momento dejó caer al suelo la cabeza.

Las fuerzas de seguridad, temerosas de que el terrible suceso pueda provocar una explosión xenófoba en la capital rusa, llevan a cabo labores de prevención entre las organizaciones juveniles para evitar que se exalten los ánimos.

La comunidad uzbeka de Moscú ha hecho un llamamiento a los medios de comunicación para pedir que no se haga hincapié en la nacionalidad de la presunta asesina.

Crimen premeditado

Las investigaciones revelaron que Guiulchejra Bobokulova era la niñera de la pequeña y aprovechó que sus padres y hermano mayor salieran para atacar a su víctima, cortarle la cabeza, incendiar el departamento de la familia y luego pasear por el metro de Moscú con su cabeza.

Asimismo se reveló que Guiulchejra Bobokulova es originaria de la región de Samarcanda (Uzbekistán). Ella llevaba trabajando con la familia un año y medio. Todo iba bien hasta que su comportamiento empezó a cambiar por problemas familiares que la aquejaban.

Durante el interrogatorio, Guiulchejra Bobokulova declaró que mató a la pequeña por una infidelidad de su esposo. También dijo que se encontraba bajo tratamiento psicológico.

Sin embargo, la Policía sospecha que hubo alevosía en su accionar pues esperó hasta que los padres de la menor abandonaran la vivienda y atacó a la niña cuando dormía. Además, la cabeza fue colocada no en una simple bolsa, sino en una mochila para que su transporte fuese más cómodo.

“Probablemente el incendio fue provocado como medio de ocultación de las huellas del crimen. Además, utilizó una sustancia combustible para acelerar y mejorar el proceso de combustión”, según explicó una fuente policial.

Fuente: EFE