A pesar de su juventud, el austriaco Jack Unterweger (1951-1994) purgó prisión por pequeños crímenes vinculados a robos en prostíbulos. Pero sería hasta 1974 cuando cometería su primer crimen: estranguló a una joven alemana de 18 años, Margaret Schafer. Fue condenado a cadena perpetua.

Uno bien podría imaginar que la vida criminal para Unterweger terminó el día de su condena, sin embargo, todo recién comenzaría. En prisión escribió cuentos, poemas, obras de teatro y su autobiografía (que luego sería llevada al cine). A causa de la calidad de sus textos, intelectuales austriacos realizaron peticiones para otorgarle el perdón para Unterweger.

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El 23 de mayo de 1990, después de 15 años de prisión, sería finalmente liberado. A partir de ese momento, Unterweger pisaría muchos programas de televisión como símbolo de la rehabilitación de los reos.

Nada más alejado de la realidad. Unterweger fue contratado por una revista para que escribiera sobre la prostitución en Europa y Estados Unidos y fue en Los Ángeles donde asesinó a tres prostitutas, a quienes violó y estranguló.

Fue arrestado en febrero de 1992, acusado de 11 homicidios y condenado por nueve muertes. El 29 de junio de 1994 fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de redención. Esa misma noche se ahorcó.

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