Gia tiene seis meses y en esta etapa ya conquista algunos movimientos de libertad. Es de día y la pequeña mueve su cabeza como buscando a una persona o a algún juguete. Casi siempre, suele estirar sus brazos para pedir que su mamá la recoja. Pese a su corta edad, Gia tiene la cabeza rapada, debido a las cuatro quimioterapias a las que hasta el momento se ha sometido.

Sí, a su medio año, Gia asume un tratamiento farmacológico para combatir el cáncer. A pesar de ello, la pequeña nunca deja de sonreír, brillo que además mantiene intacto en sus ojitos saltones. Es toda una guerrera y cada mañana así lo demuestra.

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A los pocos días de nacida, Gia fue detectada, en un centro médico de Moyobamba, con el tumor de Wilms, un tipo de cáncer de riñón que afecta a uno de cada 250 mil niños. La noticia tomó por sorpresa a su madre, quien, en ese entonces, acudió al doctor por una fiebre de la menor.

“Gia tenía fiebre y se encontraba muy pálida, tenía el rostro muy blanco. Estaba muy preocupada por lo chiquita que era, pero jamás imaginé que el doctor me daría esa terrible noticia”, cuenta Maribel Pedraza, madre de la menor.

Existe la esperanza de la curación; sin embargo, se necesita un tratamiento complejo. Por ello, Gia fue trasladada de urgencia a Lima en diciembre último. Sus padres no cuentan con los recursos económicos, por lo que su traslado se dio gracias a la generosidad de los médicos y enfermeras.

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Ya en Lima fue atendida en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). Inmediatamente, la menor fue sometida a varios estudios médicos, cuyos resultados corroboraron que padece el mal. Madre e hija solas se las ingeniaban día a día para sobrevivir en Lima y costear los gastos que no cubre el Seguro Integral de Salud (SIS).

Cuando recién llegó, en el INEN le informaron a la madre que el tumor de su hija medía al menos ocho centímetros. Ya, después de unas cuantas quimioterapias, que Gia sorteó con valentía, este se redujo a 4 centímetros. Sin embargo, aún ello no es suficiente.

“El tumor tiene que reducirse al máximo, para que Gia recién sea operada. Los doctores no me aseguran sí resistirá la operación, pero me dijeron que harán todo lo posible y que las quimioterapias son importantes”, explica la madre.

LA FAMILIA NECESITA APOYO ECONÓMICO

Maribel contó que en Moyobamba se dedicaba a las labores de la casa y a cuidar a sus otros dos hijos: una pequeña de dos años y un niño de trece. Gia y su madre viajaron a Lima solas.

Durante sus primeros días en la ciudad estuvieron hospedadas en un albergue del INEN. Maribel no tenía dinero. Por lo que enfermeras y asistentas de dicho centro médico le regalaban alimentos.

Debido a esta situación, su esposo Noé Alarcón Bocanegra junto a sus dos hijos llegó también a Lima, para apoyar a Maribel. El padre de Gia, quien se dedicaba a trabajar como obrero de construcción, se encuentra ahora desempleado. La familia ha gastado todo el dinero que tenía ahorrado.

La humilde familia vive ahora en un cuarto alquilado en el distrito de Carabayllo, donde buenos vecinos le donan alimentos, ropas y algún dinerito. Sin embargo, ello no es suficiente.

Por tanto, solicitan el apoyo para costear los gastos del tratamiento, así como para los medicamentos que el SIS no les proporciona. De la misma manera, la familia realizó un llamado al Ministerio de la Mujer.

¿CÓMO AYUDAR?

Pueden llamar al número de celular 959501532 o ayudar a través de este número de cuenta del Banco de Crédito del Perú (BCP) que está a nombre de Maribel Pedraza Salazar: 191-31572170-0-79.

Asimismo, la pequeña Gia necesita donación de sangre O positivo, debido a la que pierde en cada quimioterapia. Para ello, el número de historia clínica es 574526.

Gia no está sola en esta lucha. Está escoltada por sus padres y hermanos, quienes la protegen con mucho amor, pero también necesita que más valientes se unan en esta noble causa. Gia tiene para agradecer una hermosa sonrisa y muchas, pero muchas, ganas de vivir.