Guille (Jesús Alzamora) es un fanático del rock, un enfermo del rock, casi hasta un fundamentalista del rock. Y es que es 1968 y a Lima y Callao están llegando unos discos espectaculares, que ponen la carne de gallina a cualquier chibolo de su edad. Así que él y sus mejores amigos, Bobby (Manuel Gold) y Manolo (Sergio Gjurinovic), se la pasan discutiendo sobre música, lamentándose el no haber ido a ningún concierto y tomando sol en las playas de La Punta, donde esperan poder encontrar a alguna chica que les tire sajiro.

En medio de estas aventuras adolescentes – que se nos cuentan con la gracia y picardía de la muchachada – aparece Emma (Mariananda Schempp), una nueva vecina del barrio que no sólo tiene su edad y está bastante buena, sino que además trae noticias de otros lados. Ha viajado y con sus historias de una gente desenfadada y de mente abierta, llamados hippies, altera más las hormonas de los muchachos. Así, con toda esa carga enérgica de finales de los 60s, deciden salir del barrio y asistir a su primer concierto.

Esta es, a grandes rasgos, la simpática historia de Rocanrol 68, película escrita y dirigida por el joven director Gonzalo Benavente Secco, que ya nos ha hecho reír dirigiendo teatro. Benavente no sólo propone una comedia de adolescentes típicos de nuestra ciudad, sino que va más allá y la ambienta – con mucho acierto y creatividad – 45 años atrás. La película ha sido seleccionada para el Festival de Cine de Lima y su estreno comercial está próximo a anunciarse. Estamos muy atentos, porque pinta para otra muy buena comedia peruana.