La mejor receta para tener un corazón saludable es comer sano, beber poco alcohol, controlar el estrés, no fumar, hacer ejercicio moderado y, quien pueda… practicar sexo, mejor si ello se realiza con una pareja estable. Muchos especialistas han manifestado que se convierte en una buena técnica para la salud.

El sexo es una necesidad orgánica y como tal conlleva a unos beneficios físicos y psicológicos: es capaz de levantar el ánimo, nos da energía para afrontar los problemas cotidianos y mejora la autoestima. Pero, además, al ser un acto físico, el movimiento y el orgasmo puede convertirse en un efectivo quema grasa.

Richard Smith, autor del libro ‘Cómo adelgazar con sexo” reivindica con cierto sentido del humor la teoría de la dieta del sexo con frases como: ‘mientras uno está ocupado con estas cosas (en hacer el amor…) no come innecesariamente’. Además plantea el hecho de que el aumento de peso, en muchos casos, se puede atribuir a la falta de actividad sexual ya que, señala, el sexo reemplaza las ganas de comer.

Aquí va un resumen de las calorías que el especialista afirma puedes consumir durante un acto sexual:

Las caricias: suaves 15 calorías, las intensas consumen 20 calorías.

Un beso: un beso requiere de un gasto energético aproximado de 60 calorías si es pasional, y de 10 calorías sin son suaves.

Mordiscos: unas 14 calorías.

Desvestir a la pareja: la excitación que provoca desvestir a la pareja puede quemar 120, pero si encima se resiste y no colabora, la cifra puede llegar a las 187 calorías.

Realizar un striptease: la tensión hace que puedas quemar hasta 60 calorías.

Retozar entre las sábanas: 20 calorías.

Juegos con las manos: 4 calorías.

Postura del misionero: elimina 240 calorías.

Orgasmo: puede llegar a consumir hasta 27 calorías si es real y 160 si es fingido; y si el orgasmo es en la ducha o en la bañera la cifra se dispara hasta las 500 calorías.

Fuente: La Patilla.com