Martin Knight mide 1.85m y pesa 65.77kg. Todos los días su desayuno es el mismo: una mezcla de col, chalotes, avena, pasta de tomate y aceite de oliva. El conteo de calorías es 170. Knight acompaña ese plato con té verde o blanco.

La suya es una dieta restringida en calorías.

Ingiere diez comidas pequeñas al día y sobrevive con unas 1.900 calorías; más que la mayoría de gente que restringe su consumo de calorías. Pesa cada comida para asegurarse que su ingesta diaria es precisa.

Los partidarios de este enfoque de la salud son conocidos como Cronies, un acrónimo de restricción de calorías con nutrición óptima en la palabra que significa “compinches” en inglés, y la doctora Janet Tomiyama, psicóloga de la Universidad de California en Estados Unidos, los está estudiando.

“Una persona normal necesita unas 2.000 calorías diarias. De manera que si reduces 500 calorías diarias durante el resto de tu vida, es algo considerable”, señala.

“Por eso este grupo es tan fascinante, porque ha logrado hacer esto y durante más de una década”.

Estudios y dudas

Los experimentos realizados en ratones han mostrado que comer significativamente menos puede alargar la vida, siempre y cuando los alimentos sean altamente nutritivos.

Sin embargo, aún no hay pruebas de que la restricción de calorías extienda la vida humana, y dos estudios recientes con monos rhesuss produjeron resultados conflictivos.

Pero ambos estudios reportaron los mismos efectos beneficiosos para la salud; todos los monos estaban mucho más saludables y sufrieron menos enfermedades.

“Si fuéramos capaces de reducir el peso en el mundo occidental en un 15 a 20%, la incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad bajaría dramáticamente”, indica el doctor Raphael de Cabo, autor principal de uno de los estudios.

Lea el estudio completo aquí.

Fuente: BBC