La cascada blanca Pamukkale está ubicada en el corazón de Turquía. Es una extraña formación geológica que a simple vista parece estar compuesta por terrazas escalonadas llenas de agua con alto contenido de calcio. Lo que refleja una increíble belleza.

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Este lugar es producto de los movimientos tectónicos que originaron numerosas fuentes termales de agua en la cuenca del río Menderes. Y fueron esas fuentes las que crearon PamukkaLe, uno de los principales atractivos turísticos en todo el país.

Hoy, el paisaje está declarado Patrimonio de la Humanidad y el gobierno de Turquía tiene importantes programas de preservación. La mayoría de visitantes y turistas, para llegar a este lugar, deben partir desde la ciudad Marmaris, Bodrum o Kusadasi. Un paisaje que vale la pena visitar por lo menos una vez en la vida.