1. Antes del viaje, debe informarse sobre el destino que desea visitar, sobre la altitud, clima, peligros para la salud, y servicios médicos disponibles. Asimismo, consulte sobre los documentos necesarios que le permitan acceder al lugar como pasaporte, visa, certificado de vacunación, entre otros. Realice el check in con tiempo para que pueda escoger el lugar deseado. Le recomendamos las primeras filas para que pueda recibir atención pronta del auxiliar de vuelo.

2. En el aeropuerto, vístase de forma cómoda, sin cinturones para facilitar el paso por el detector de metales, una buena alternativa es llevar un suéter en su equipaje de mano en caso sienta frío. Tenga en cuenta que las personas mayores deben de acudir al aeropuerto con bastante anticipación ya que, a menudo, los desplazamientos son interminables. Además, en caso de tener dificultades para trasladarse, pueden solicitar una silla de ruedas a la compañía de vuelos o al mismo aeropuerto para que pueda transitar con mayor facilidad.

3. Durante el vuelo, si el viaje es largo, le aconsejamos caminar cada dos horas por los pasillos, para reactivar la circulación de las extremidades y evitar la aparición de coágulos en las piernas o posibles contracturas musculares.

4. Por otro lado, muchos adultos mayores presentan problemas de salud como diabetes o hipertensión, los cuales requieren el consumo de alimentos especiales. Por ello, se recomienda que durante el vuelo lleven sus propios bocadillos, sobre todo considerando las largas esperas y la poca variedad de menús que ofrecen los aviones.

De igual manera, si usted sigue un tratamiento de larga duración procure llevar en su equipaje de mano la cantidad suficiente de medicación para los días previstos de viaje. Asimismo, si se traslada al extranjero es recomendable que porte un informe médico, traducido como mínimo al inglés, en el cual se especifique el tratamiento a seguir. En caso de no precisar medicación de forma habitual, le recomendamos tener un pequeño botiquín de emergencia para prever imprevistos.

5. En el destino, las personas mayores acostumbran realizar sus actividades con pautas, por lo que no es recomendable visitar un lugar en donde se realice un cambio radical de horario. Procure explorar este aspecto de la cultura con moderación, intente seguir una dieta equilibrada basada en una serie de alimentos a los que su estómago ya está acostumbrado, recuerde que si realiza un cambio drástico en su dieta, existe el riesgo de sentirse mal y esto impedirá que disfrute de su viaje como merece.

Asimismo, al momento de desplazarse para evitar pérdidas o robos porte sólo una cantidad razonable de efectivo, el resto de su presupuesto lo puede trasladar en forma de cheques de viajero, tarjeta de crédito o débito.

Si usted viaja solo, porte siempre sus documentos y una libreta con los números telefónicos de sus familiares en caso de emergencia. De igual manera, si necesita ayuda, puede dirigirse a los puntos de información de todos los aeropuertos, embajadas y consulados donde le brindarán la debida atención.

6. En el hotel, pida información específica acerca de su habitación, y evite reservar en un sitio en el que tenga que subir demasiadas escaleras.

Fuente: Despegar.com