Camas con sábanas de algodón egipcio, amenities cosméticos de primeras marcas, máquina de café en cápsulas en la habitación. Cualquier comodidad exclusiva de los bolsillos más pudientes tiene cabida en el hotel Jalta de Praga.

Sin embargo, más allá de los traslados en limusina y del retrato de Frank Kafka hecho por Warhol que preside el lobby, este hotel esconde un atractivo que pocos imaginan: Un refugio antinuclear de la década de los 50.

La historia de este búnker tiene como punto de partida la convulsa época que se abrió tras la Segunda Guerra Mundial. Los países del Bloque del Este firmaron un acuerdo de cooperación conocido como Pacto de Varsovia, con el fin de plantar cara a la parte occidental, organizada a su vez entorno a la OTAN.

El refugio bajo el hotel Jalta constituía una especie de cuartel general para los líderes de los países socialistas de Europa del Este. “En caso de guerra aquí hubiese tenido su sede el cuartel militar general del Pacto de Varsovia”, dicen en el hotel.

Estas fiestas, si te dejas caer por la capital de la República Checa, además de pasear por su famoso mercadillo navideño, aprovecha para conocer este rincón de la Guerra Fría. Los huéspedes del hotel Jalta pueden visitarlo gratis. Si este no es tu caso, no te preocupes, ya que por 75 coronas checas (no llega a los 3 euros al cambio actual), te dan la posibilidad de disfrutar de una visita guiada en grupos de hasta siete personas.

El recorrido se hace en el idioma local, pero existen textos en inglés a disposición del público. El horario es de 17 a 20 horas, pero los días de visita dependen de la posición que ocupe la semana en el mes. De este modo, la segunda y cuarta semana, los días de apertura son martes y jueves, mientras que la primera, tercera y quinta (en caso de que haya), los tours se realizan lunes y miércoles.

Fuente: ABC