La peregrinación hacia el es una costumbre religiosa practicada desde hace más de 200 años. A la gran festividad, propia del departamento de , acuden cientos de turistas unidos por la fe y la devoción.

Se dice que su historia surgió en el año 1751, cuando tres hombres vestidos de blanco llegaron a Ayabaca con la intención de esculpir la imagen del Señor Cautivo, para lo cual pidieron al pueblo guardar absoluta reserva de su presencia y, sobre todo, no observar su trabajo.

A cambio, los hombres les pidieron comida, pero solo durante el amanecer. El trabajo demoraría solo tres días. Sin embargo, los lugareños no pudieron soportar la curiosidad, por lo que decidieron entrar al taller donde se esculpía la imagen.

	Iglesia matriz del Señor Cautivo de Ayabaca. (Foto: Flickr/Alan Ghersi)
Iglesia matriz del Señor Cautivo de Ayabaca. (Foto: Flickr/Alan Ghersi)

Al ingresar, no encontraron a los escultores, pero sí al Señor Cautivo y, además, la comida que se les sirvió durante toda su estadía, por lo que se creyó y se dedujo que fueron los mismos ángeles quienes tallaron la imagen.

En el año 1904, el sacerdote Tomás Eliseo Velásquez decidió inaugurar un templo que albergara la imagen del Señor Cautivo. Desde aquel entonces, entre los meses de setiembre y octubre, en , se respira un ambiente lleno de fervor y devoción.

Para llevar a cabo la peregrinación, los fieles deben realizar largas caminatas por la Panamericana Norte, atravesando diversos distritos, como Paimas, Montero, para finalmente llegar a . Asimismo, se debe alfombrar el camino de la imagen, la cual mide aproximadamente 1.80 metros de altura, con flores multicolor.

	La indumentaria de los peregrinos de Ayabaca se caracteriza por un mandil de color azul con bordes amarillo, el cual lleva estampado el nombre de la hermandad y la imagen del Señor Cautivo. (Foto: Perú.com)
La indumentaria de los peregrinos de Ayabaca, se caracteriza por un mandil de color azul con bordes amarillo, el cual lleva estampado el nombre de la hermandad y la imagen del Señor Cautivo. (Foto: Perú.com)

La peregrinación está conformada por cientos de fieles, que se caracterizan por llevar un mandil azul o amarillo, estampado con el nombre de la cofradía a cargo y la imagen del . Este año, fue la Hermandad Nazareno Cautivo.

Durante el recorrido, los peregrinos deben llevar una gigantesca cruz, abundante agua para poder hidratarse y diferentes mochilas con accesorios de supervivencia. Para atenuar el trajín, la cofradía a cargo hace pequeñas paradas para bailar y adorar al compás de cánticos religiosos.