Hay lugares en la Tierra que son mágicos y son maravillas naturales que evocan sensaciones únicas. Uno de esos sitios es el Grüner See, o Lago Verde, situado entre las montañas nevadas de Austria. Durante la mayor parte del año este parque es centro de peregrinación de turistas amantes del campo hasta que las temperaturas empiezan a subir.

Al llegar la primavera, la nieve de las montañas que lo rodean empieza a derretirse y el agua a caer por sus laderas, los aficionados al aire libre, el campo, el ciclismo… desaparecen como lo hace el propio parque «tragado» literalmente por las aguas color esmeralda del deshielo y queda totalmente sumergido, con sus bancos, caminos, arbustos.

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La transparencia de las gélidas aguas hacen de este lugar un sitio ideal para convertirse en objetivo de la cámara como la de Marc Henauer, autor de las asombrosas imágenes que parecen salidas de un sueño fugaz, ya que sólo dura entre tres o cuatro semanas durante las que el lago permanece oculto hasta que en julio vuelve resurgir para llegar al invierno como si nada hubiera pasado.

Fuente: ABC.