Viajar es experimentar. Y no solo se experimenta la sensación de estar en lugares increíbles, mágicos o surrealistas, sino también el vivir con otro tipo de cultura. Cada quien vive sus viajes de modo diferente, pero siempre hay cuatro etapas por las que seguramente pasarás o ya has pasado, al vivir en distintos lugares:

1. Atención a las diferencias:

Ya hemos llegado a nuestro destino y nos asombramos por las diferencias. Si somos de un país en sub desarrollo y vamos a un país “desarrollado” vemos lo positivo y las cosas que no tenemos, y viceversa. Admiramos la cultura ajena y añoramos tener un país como el que no es nuestro.

2. Respeto a lo propio:

Conforme viajamos más y tenemos más lugares para compararlos con nuestra propia ciudad, más nos percatamos de todo. Lo que era diferente en un país resulta ser común en decenas de países menos en el nuestro. Entendemos lo que nos hace peruanos y lo presumimos ante otras culturas. Paris tendrá a la Torre Eiffel pero nosotros tenemos a Machu Picchu. Alemania tendrá eficiencia pero nosotros ingenio.

3. Similitudes y entendimiento:

Ya paramos de buscar las diferencias, ahora es turno de las similitudes. Nuestros prejuicios sobre otras culturas desaparecen: en este país no son racistas, en aquel otro no todos son fiesteros y en Japón no todos son tan inteligentes. La otra persona no es diferente por su cultura, sino por las ideas y los valores en su mente.

4. Pertenencia y duda:

No sé adónde pertenezco. Soy peruano porque el azar quiso que así fuera. Una visa es un documento sin sentido. Quizás todos tenemos ese deseo natural de regresar a nuestro hogar, pero otros dicen que cuando se viaja ya no hay vuelta atrás. La respuesta a esta etapa solo podrás tenerla cuando experimentes las tres anteriores.

Fuente: Nat Geo