La playa de Nemiña, en España, tiene 1.250 metros de longitud por 25 metros, su nivel de ocupación es bajo y es justamente ese aislamiento que la hace tan especial. Gracias ello es considerada una de las más bellas y salvajes playas de la región.

En definitiva esta playa lo que aporta, además del bello paisaje, es tranquilidad, incluso en pleno verano. Sus aguas son tan cristalinas y casi tan frías como las de Sagres y la arena sirve para que las plantas de los pies se hagan a una alfombra nupcial. Sin duda todo un lujo.

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Es recomendable y necesario (muchas veces) hacer la ruta a pie hasta esta playa que teje amena y amable soledad, durante casi todo el año. Allí uno puede encontrarse consigo mismo si dispone de todo el tiempo del mundo.

Fuente: ABC.

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