Estamos a pocos días para que Machu Picchu reabra sus puertas a los turistas de forma gratuita. Para que una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno pueda funcionar ha implementado estrictos protocolos de bioseguridad para garantizar la salubridad de los visitantes para evitar la propagación del coronavirus.
La región Cusco comprende lo importante que es para su economía mantener el turismo activo y para ello es necesario cumplir a cabalidad las medidas de seguridad al nivel de estándares internacionales, para que así la ciudadela inca sea un destino turístico seguro como confiable para el viajero nacional como extranjero.
Por ello, todo comenzará desde que el turista llegue al Aeropuerto Teniendo Alejandro Velasco Astete o terminal terrestre desde Lima, Arequipa o Puno debiendo portar en todo momento la mascarilla, protector facial, alcohol en gel para la desinfección de manos, la obligatoria medición de temperatura, una Declaración Jurada, así como una prueba negativa por la COVID-19.
Ante esto, la cabeza de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur), Freddy Deza, expresó a la agencia Andina: “Apenas llegue el visitante al aeropuerto se procederá con el protocolo en el terminal aéreo. Si están con una agencia de viaje, transporte turístico, el guía, el restaurante, hospedaje, transportes de buses, ferroviario. Todos ellos tienen un protocolo”.
En lo relacionado al transporte turístico, el director de la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones, Jorge Muñiz Mendoza, comentó que solo existen un número reducido de estas empresas para ofrecer dicho servicio: “Estamos garantizando que todos reúnan las condiciones mínimas y necesarias de acuerdo a la normativa”.
El objetivo, detalla, es evitar las aglomeraciones, cumplir estrictamente con los horarios establecidos, con los transportistas apropiadamente uniformados, así como usar los implementos de bioseguridad.
Por otro lado, para el ingreso a Machu Picchu se tomará el control de temperatura, uso de mascarillas, como una zona para el lavado de manos y alcohol para desinfección. Dentro de la ciudadela inca el distanciamiento social será de dos metros entre personas, pero entre grupos será de 20 metros (o cinco minutos de distancia). Se estima que por cada hora ingresarán 75 personas.
Por su parte, la Ruta Cinco del Camino Inca abrirá con un aforo de 120 personas, lo que vendría a ser una reducción al 30 por ciento de su capacidad total.