Cuando visitamos una ciudad, debemos estar conscientes que esa ciudad es el hogar de miles de personas desde que nacieron, no solo nuestro destino pasajero. Cuando visitamos una maravilla natural, seamos conscientes de que generaciones de comunidades locales han sabido de ella desde hace milenios ya.

No nos quedemos solo como unos turistas andantes y pasajeros; sino, disfrutemos realmente el viaje como todos unos aventureros que saben que el lugar adonde van es mucho más que una simple página en una revista turística.

1. Las mejores cosas de la vida siguen siendo gratis, sin importar dónde estés: Caminar por las calles, ver el crepúsculo, jugar en el océano… nunca olvides que esas son las verdaderas maravillas.

2. Se espontáneo: Investiga lugares, pero no sigas rutas convencionales, caminos establecidos, rutas programadas. Realiza lo que quieras, déjate llevar, sigue tu intuición y si tienes ganas de ir por otro camino, hazlo.

3. Olvida los grupos de turistas: Si vas con un grupo de turistas, visitarás lo común y no podrás centrarte en lo que quieres. Además, por la cantidad del grupo, no podrás visitar rinconcitos que quizás te hayan recomendado.

4. Usa el transporte público: No te metas siempre en buses turísticos ni coches alquilados, allí solo encontrarás turistas como tú sin ningún interés en ti. En el transporte público, podrás hablar con los lugareños y conocer mejor la ciudad en donde estás.

5. No creas que todo es igual que en una revista turística: Los países no son como las fotos que ves en una revista o guía, también tienen defectos y cosas malas. Si bajas del avión pensando que todo es color de rosa y encontrarás una hamaca entre dos palmeras, puede que acabes frustrado.

Fuente: traveler.es