Durante el siglo XIII a.C., el faraón Ramsés II ordenó excavar templos en la roca en honor a él, a su esposa Nefertari, y a las deidades Amón, Ra y Ptah. Hoy día, estos templos se reúnen en el emplazamiento de interés arqueológico llamado Abu Simbel, en Egipto, visitados por millones de turistas alrededor del mundo.

Se sitúan exactamente en la ribera occidental del lago Nasser. Los antiguos egipcios demoraron alrededor de veinte años para construirlos. El propósito, también, era impresionar a los extranjeros desafiantes y reforzar la influencia de la religión egipcia en ese entonces.

Abu Simbel es considerado Patrimonio de la Humanidad y figura como una de las atracciones mejor conservadas de todo Egipto. Los viajeros deseosos de conocer el antiguo Egipto y toda su mística, suelen visitar este lugar, tan famoso como las mismísimas Pirámides.

Fuente: egiptología.org