Es una laguna de aguas tranquilas sobre las que se han tejido algunas leyendas. Una de ellas cuenta que en su fondo yacen llamas con cargamentos de oro y plata que fueron lanzadas allí por la caravana de súbditos del inca que venían del Cusco al enterarse que Atahualpa había sido asesinado; el cargamento aparentemente iría a incrementar el rescate que este inca ofreció a los españoles por su liberación