Se cree que Chavín fue levantado en un lugar cuidadosamente elegido en atención a criterios mágico-religiosos y no en consideración a que fuera un lugar privilegiado por sus suelos, debido a que existen valles cercanos más productivos, aun considerando el aprovechamiento de sus laderas de secano cultivadas mediante terrazas.
Chavín de Huántar debió convertirse en un prestigioso centro de administración de la producción respaldado en el culto, mediante ceremonias y mandatos expresados mediante oráculos.