Escuché por primera vez a Víctor Alberto Gil Mallma, conocido como “Picaflor de Los Andes”, cuando tenía 6 años, pues mi papá siempre colocaba su cassette una vez que arrancaba su Dodge con rumbo a la Carretera Central… con rumbo a la Incontrastable.

Era ya una tradición en la familia, mejor dicho, en mi papá hacerlo. Así que mi mamá, mis hermanos y yo comenzamos a escucharlo sí o sí. Y realmente sus canciones son buenas y lo mejor que la música vernacular peruana.

¿Y por qué le gustaba tanto a mi papá y era infaltable en sus viajes? Según mi experiencia, estás podrían ser las razones:

1.- ¿Quién no se podía sentir orgulloso de ser huancaíno? Yo soy huancaíno es el título de una de sus canciones y que se convirtió en el símbolo de identidad de todos aquellos que nacieron en esa bella ciudad.

2.- Sus canciones no pierden vigencia, pues quién no ha sufrido por amor (Amor dónde estarás) o prometió amarse para todo la vida (Sacrilegio). Pero no todo es dolor, también festejábamos las buenas cosas, como un cumpleaños (Por tu santo) o la llegada de un nuevo miembro de la familia (Mi Chiquitín).

3.- Si lo escuchas en Lima, imaginariamente te trasladas a la serranía peruana y puedes visualizar un cielo azul, cerros verdes y si te concentras, hasta podrías respirar ese aire puro que te empuja a salir con rumbo a esa parte de nuestro lindo Perú.

4.- Es un excelente acompañante de viajes y de aventuras, ya que nunca de sentirás solo porque estarás cantando o tarareando las canciones, o simplemente lo escucharás… ¿Te animas a escucharlo?

Aquí puedes escuchar todas sus canciones.

Por: Los 90 y mis recuerdos