En los orígenes de las localidades de León de los Caballeros y Asunción de Huánuco, habitaba una gran población negra. En su condición de esclavos inmigrantes por parte de los españoles, vivían en pequeños graneros y estaban prohibidos de interactuar con los indios pobres.
Se ganaban la vida haciendo pequeños servicios en la villa, los cuales eran permitidos y aprobados por sus patrones. Con el transcurso del tiempo, estos “negros bozales de guinea”, como eran llamados, formaron pequeñas cuadrillas de danzantes y cantores.
Las fechas de la Navidad y la Bajada de Reyes solían ser sus días libres, y se reunían en la zona para adorar al Niño Dios. Mediante su típico baile, pedían con fervor que no les falte comida ni agua. Fue en el año 1854, cuando el presidente Ramón Castilla les concedió la libertad a los negros, lo que significó un momento importante en sus vidas.
Pronto, la danza de Los Negritos se hizo popular en la región a tal punto que se hizo parte del patrimonio peruano y al ser bailada por también por indios, criollos y mestizos, fue adquiriendo nuevos matices y características propias.
Personajes y trajes típicos
En Los Negritos de Huánuco, son cuatro los personajes que desarrollan esta típica danza. El primero es la Cofradía, conformada por los capataces o caporales, quienes mediante latigazos hacen trabajar a los negros. Ellos llevan en sus rostros máscaras oscuras y una vestimenta similar. Su ropa consiste en un sombrero de ala ancha, un saco multicolor y pedrerías en sus botas.
En segundo lugar, están la Dama y el Turco, que representan a los virreyes adinerados en la época de la esclavitud. Sus máscaras, a diferencia de los capataces, son de color blanco.
En tercer lugar, está el Corrochano. Se trata de un hacendado huanuqueño muy poderoso, llamado Fermín García Corrochano quien, en el año 1620 aproximadamente, cometió muchos abusos con sus esclavos y robaba todo lo que estaba a su paso. A él, lo caracterizan con una monstruosa máscara blanca y una cabellera grotesca.
En cuarto lugar, están los abanderados, en honor al libertador José de San Martín. Ellos representan la bendición de Dios o la ley. Tocan instrumentos andinos acompañando a la banda musical.
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