En la zona montañosa de la ceja selva del departamento de Ucayali, se encuentra ubicada la Ducha del diablo, un fascinante salto de agua de aproximadamente 105 metros de altura, que logra cautivar a todo viajero con su exuberante belleza y sus increíbles relatos.
Según su origen, esta hermosa caída del distrito de Padre Abad, en Aguaytía, fue descubierta por el misionero Francisco Alonso de Abad en 1757 y fue bautizada como Ducha del diablo debido a que la roca por donde discurre el agua tiene una forma demoníaca.
Desde el descubrimiento de la Ducha del diablo, en el distrito Padre Abad, se han sorteado una infinidad de relatos referentes a su formación y, según los pobladores, debido a esa forma demoniaca es que ocurren, en el lugar, algunos fenómenos paranormales.
Unas de estas leyendas, es que en el lugar habitaba un brujo llamado Lucifer, quien decidió cierto día hacer un pacto con Chuyachaqui, un demonio mitológico de la selva, a quien le pidió el dominio del mundo, además de poderes, a cambio de su alma. Sin embargo, este último no cumplió con su promesa.
Lucifer molesto, convence a unos españoles, que habitaban por el lugar, para que lo ayuden a vengarse del Chuyachaqui, y a cambio les daría a sus más hermosas hijas. Los europeos aceptan la propuesta.
Cuando se dirigían al ataque, este ya se encontraba preparado. Pues, Chuyachaqui había embrujado previamente a las hijas del brujo para que dirigiera a los españoles hacia la muerte. Lucifer, al tratar de evitarlo, cayó por un acantilado muriendo instantáneamente. Por ello, es que la roca tomó la forma de su rostro demoníaco.
Sea cual fuese el relato, lo cierto es que la Ducha del diablo encanta, pero por sus bellas aguas que desfilan como tules blanquecinos y, además, por los hermosos paisajes naturales de bosques neblina que se pueden apreciar desde el lugar.